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Rubi aplaude al público y a sus jugadores por un triunfo con imagen de solidez. LaLiga
UD Almería

Objetivo del Almería: Ser un muro en el playoff

La equipo de Rubi alcanza su pico de solidez defensiva en el momento clave y se aferra a su fiabilidad atrás como garantía para soñar con el ascenso

Juanjo Aguilera

Almería

Lunes, 2 de junio 2025, 23:10

La solidez defensiva se ha convertido en el gran bastón del que se agarra la UD Almería en esta recta final. Un equipo que durante buena parte del curso fue criticado por sus desconexiones atrás, las cifras más recientes revelan una transformación profunda. Así, ha dejado su portería a cero en tres partidos consecutivos y en cuatro de los últimos cinco, una estadística que trasciende los números para convertirse en una señal inequívoca de madurez, de equilibrio y de fiabilidad. Son tres valores que no se improvisan y que, cuando aparecen en el tramo decisivo, marcan la diferencia.

Durante meses, al equipo se le exigía que no dependiera sólo de su pegada o del talento en los últimos metros. Que aprendiera a sufrir, a ganar también desde la contención, a proteger ventajas. Y lo ha hecho. El Almería se ha endurecido atrás, ha ajustado mecanismos, ha ganado solidez y confianza. En un campeonato tan largo como el de Segunda, donde cada pequeño bache puede arrastrarte durante semanas, lograr esa firmeza al final del camino es una virtud incuestionable.

Puertas a cero

Las cifras lo demuestran. Los de Rubi han dejado su portería imbatida en diez partidos del campeonato regular, siete en casa y tres fuera. Pero lo más relevante no es el acumulado, sino el momento. Tres de esos siete encuentros sin encajar como local han llegado de forma consecutiva en las tres últimas jornadas disputadas en el UD Almería Stadium, justo cuando la clasificación se aprieta, los nervios afloran y la presión se multiplica. Esta versión sólida, paciente y organizada del equipo ha aparecido cuando más se necesitaba. Y lo ha hecho con convicción creciente.

Se trata de defender bien. El dato cobra aún más peso si se cruza con la producción ofensiva. El Almería sólo se quedó sin marcar en uno de sus partidos en casa. Es decir, cada vez que ha conseguido dejar a cero a su rival como local ha tenido casi garantizada la posibilidad de sumar de tres. Fuera, ha habido algún apagón puntual –tres encuentros sin marcar–, pero también actuaciones convincentes en defensa que han permitido sumar puntos donde antes se escapaban. En definitiva, si este equipo no encaja, compite. Y si compite, gana.

En contextos de playoff, donde la distancia entre el éxito y el fracaso es mínima y los márgenes se miden con lupa, tener una defensa fiable no es una opción, es una necesidad. En ese ecosistema tan emocional y táctico, donde un error cuesta una temporada, hay que saber proteger el resultado antes que ir a buscarlo a cualquier precio. Y eso el Almería lo está entendiendo mejor que nunca. Sabe que, si logra cerrar su área, tiene delanteros capaces de resolver en una acción. En estos cruces, un gol vale por dos y una portería a cero equivale muchas veces a medio billete.

No se puede hablar de este crecimiento sin destacar la implicación colectiva. Rubi ha conseguido que el equipo trabaje como un bloque, desde los puntas hasta el portero. La presión en campo rival se ha afinado, los espacios entre líneas se han reducido, las ayudas funcionan. El trabajo de los laterales, de los interiores y hasta de los extremos ha elevado el nivel de la línea defensiva, que ahora defiende más protegida. Todo el equipo defiende. Todo el equipo sufre. Todo el equipo gana.

Y más allá del sistema, lo que se percibe en este tramo final es una sensación de seguridad, de control emocional. Esa misma que caracterizó al equipo de 2022, cuando los rojiblancos supieron templar nervios y cerrar partidos en escenarios complicados. Aquel equipo supo competir en las dos áreas, supo decidir en momentos clave. Y este parece haber recuperado parte de ese gen competitivo. Hoy, la UDA vuelve a parecer un equipo de verdad, que sabe que los playoffs no los ganan los más vistosos, sino los más eficaces, los que cometen menos errores y conceden menos.

Saber

En el playoff no basta con jugar bien. Hay que ganar duelos, aguantar empujes, saber cuándo atacar y no arriesgar. Hay que tener temple, jerarquía y oficio. Y eso empieza por defender bien, por construir desde atrás, por blindar tu área, como lo está haciendo la UDA. Por eso, cuando muchos esperaban un bajón físico o una nueva recaída, ha respondido con firmeza, con partidos serios, marcador a cero, con la madurez de quien aprendió a sufrir.

La UDA encara el playoff con una certeza: su defensa es fiable. Y cuando eso ocurre, el equipo se transforma, deja de dudar, de temer, se hace fuerte. Por eso ahora, más que nunca, puede permitirse soñar. Este equipo, si sigue pareciendo un muro, puede estar más cerca de ascender, como en 2022, como los equipos que saben cuándo dar el paso al frente, como los que ascienden.

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Objetivo del Almería: Ser un muro en el playoff