Ayuso, a la ministra Mónica García: «No querrás saludar a una asesina»

«¿Perdona?», ha replicado la ministra, antes de negar que haya utilizado «jamás» ese apelativo para calificar a Ayuso y que es mentira que lo haya hecho, un descargo que ha reiterado luego en su cuenta de X. Aquí ha descrito la reacción de la mandataria del PP como «desproporcionada» y también «reveladora». «Solo demuestra estar nerviosa por la imputaciones y cada vez más cercada por la investigación», ha inferido la titular de Sanidad y colíder de Más Madrid, en alusión a las causas abiertas en sendos juzgados de la comunidad contra ex altos cargos del Gobierno regional por la aplicación de los denominados 'protocolos de la vergüenza' en los geriátricos en los días más críticos por la expansión de la covid.

Fuentes del entorno de la ministra han señalado que Ayuso estaba muy nerviosa, inquieta e agresiva. Ante el cariz que estaba tomando la escena, miembros del personal de protocolo se han aproximado para meter distancia entre las dos, largamente enfrentadas como Gobierno y oposición en la Asamblea madrileña, y el encontronazo no ha ido a más. «Está muy nerviosa por cómo se esta poniendo todo con las imputaciones», han asegurado desde el entorno de la ministra, en línea con lo escrito por ella en redes sociales. A su vez, medios cercanos a Ayuso han ofrecido su propio relato de los hechos: cómo García pretendía darle dos besos y ella le ha ofrecido la mano replicándole: «No querrás saludar a una asesina». La baronesa madrileña ha insistido en si la ministra aún quería darle un beso a una «asesina» después de lo que su partido le había espetado la víspera en la Asamblea y que «no tenía un pase». «No solo firmaron los 'protocolos de la vergüenza', ustedes firmaron sentencias de muerte que condenaron a morir indignamente a 7.291 personas», fue la expresión que Diana Paredes, parlamentaria de Más Madrid, le había espetado la víspera a Ayuso en otro tenso debate en la Cámara regional.

En los saludos previos al plenario de la Conferencia de Presidentes, todos los asistentes habían mantenido más o menos las formas, aunque sin evitar las cuitas existentes entre unos y otros. Vox venía criticando a lo largo de los últimos días al PP por sumarse a la cumbre convocada por Sánchez. La formación de Santiago Abascal no veía coherente que los presidentes autonómicos de los populares se sentaran en la misma mesa con quien llaman «capo de la mafia» y contra el que el partido de Alberto Núñez Feijóo ha organizado una concentración de protesta este domingo en la plaza de España de Madrid.

De rojo madrileño, Ayuso ha llegado a la tempranera cita en el Palacio de Pedralbes sin esbozar apenas una sonrisa. Ha saludado al llegar al president Illa, muy fríos ambos, y más tarde ha hecho lo propio con Sánchez, al que ella misma considera el jefe de una organización mafiosa tras los audios revelados de la supuesta 'fontanera' de Ferraz, Leire Díez, ofreciendo tratos de favor a empresarios imputados a cambio de información comprometedora sobre la UCO de la Guardia Civil, fiscales y jueces. Las críticas de Emiliano García-Page a esas mismas prácticas ha alimentado el saludo también de pura cortesía, sin complicidad, entre el presidente socialista de Castilla-La Mancha y el jefe del Gobierno. En paralelo, el president valenciano, Carlos Mazón, y la ministra de Ciencia y máxima responsable del PSPV, Diana Morant, han evitado cruzarse mientras mantiene el pulso por la contestada gestión de la dana.

La reunión ya venía marcada por las amenazas de Ayuso de levantarse de la mesa si algún presidente autonómico empleaba una lengua distinta al castellano. «No utilizaré pinganillo», había advertido la presidenta madrileña, que considera «provinciano» hablar en catalán o en euskera en un foro de este tipo dando pábulo a los nacionalistas. Illa no se ha mordido la lengua y esta mañana, en la intervención de salutación que antecede al plenario, ha confirmado que hablaría en catalán en la reunión. Ha sido con la alocución del primero de los líderes autonómicos por prelación -el lehendakari Imanol Pradales, dado que Euskadi estrenó en 1979 la aprobación de los estatutos en plena Transición- cuando, al escucharle hablar en euskera, Ayuso ha consumado su anunciado plante.

La tensión se ha mascaba también en el saludo entre Pedro Sánchez y Emiliano García-Page, después de que el dirigente de Castilla-La Mancha reclamara elecciones tras el caso Leire Díez. Ha sido llamativo también el saludo entre Illa y Carlos Mazón, presidente de la Generalitat valenciana. Los que con toda seguridad tendrán tiempo para departir son Jorge Azcón y Salvador Illa, que ya se reunieron en privado semanas atrás con motivo de la visita del dirigente socialista a Zaragoza y que deberán afrontar en los próximos días la patata caliente de la sentencia del Supremo que obliga al MNAC de Barcelona a trasladar los murales románicos de Sijena al monasterio oscense.

El Rey ha presidido la recepción y poco después de las 10 de la mañana, ha abandonado el recinto, antes del inicio de la reunión entre el presidente del Gobierno, los 17 líderes autonómicos y los presidentes de las dos ciudades autónomas. El objetivo del Gobierno y del Govern es trasladar la imagen de Cataluña ha recuperado la normalidad institucional. Esta misma cita, en años anteriores, hubiera estado rodeada de fuertes medidas de seguridad, algo más laxas en esta ocasión, y protestas de los grupos independentistas. En la reunión de este viernes, no ha acudido ningún manifestante secesionista a las puertas del recinto del palacio de Pedralbes. Sí había la protesta de una decena de españolistas.