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Enzo Martínez.

«Series como 'Emily in Paris' distorsionan la realidad del mundo de la moda»

Puntadas con hilo ·

Enzo Martínez, referente en el sector de la comunicación, tiene en su agencia a clientes como Inditex, Jorge Redondo o PDPAOLA

Domingo, 1 de junio 2025, 00:14

A enhebrar ideas, hilar proyectos, unir marca y talento se dedica en cuerpo y alma Enzo Martínez, un referente en el sector de las relaciones públicas y la comunicación. Su ya sabida discreción le ha valido una agenda de contactos impagable que no duda en acudir a su llamada. Y es que los eventos que organiza el murciano son épicos.

La comunicación siempre fue su pasión, pero vio en la carrera de Derecho la excusa para dar el paso de dejar su amada Lorca y abrir horizontes y cumplir un sueño. «Recuerdo perfectamente mi primer viaje a Madrid: fue un flechazo. Supe desde ese momento que quería vivir allí, que necesitaba ese ritmo, esa energía, ese caos lleno de oportunidades». Así que, más que huir de algo, fue una búsqueda constante de todo eso que intuía que me estaba esperando fuera.»

La intuición no le falló y pronto le llegó la oportunidad que deseaba de un modo que define «tan curioso como mágico». Una historia de película que empezó en el parque de la Villa de París. «Yo estaba en un momento a nivel profesional complicado, atrapado en mitad de una carrera que no me llenaba en absoluto, sintiéndome cada vez más lejos de mí mismo. Y entonces apareció Alberto Guerrero, fundador de la agencia Finally Press. Nos conocimos —continúa— de forma totalmente casual, paseando a nuestros perros, y desde el primer instante hubo una conexión muy fuerte. Alberto es de esas personas mágicas que no se encuentran todos los días: tiene una sensibilidad especial, una autenticidad arrolladora y una forma de mirar el mundo que te inspira solo con estar cerca. En definitiva, mi referente».

Guerrero, como contó Enzo recientemente en el podcast Podcracks, le ofreció su primera oportunidad y, aunque empezó desde cero, como becario, sintió desde el primer día que «estaba exactamente donde tenía que estar. Ya había empezado a moverme en el mundo de la moda desde que llegué a Madrid —había trabajado como modelo, colaborado con algunos medios, su círculo íntimo estaba formado por profesionales del sector—, pero fue en Finally donde todo cobró sentido». A los pocos meses ya estaba liderando marcas, viviendo un crecimiento vertiginoso.

Fueron ocho intensos años en los que trabajó con más de 20 firmas nacionales e internacionales y conoció a figuras que admiraba desde siempre, como Naty Abascal, «para mí, el mayor icono de moda de este país y con quien hoy tengo una amistad muy profunda y muy especial —cuenta emocionado—. Pero, por encima de todo, me quedo con el factor humano». Sin embargo, «como en cualquier empresa consolidada, había ciertas inercias que poco a poco fueron alejándose de mi manera de entender la comunicación. Y aunque eso fue lo que me llevó a querer construir mi propio proyecto, te confesaré que tomar la decisión de marcharme fue durísimo». Aunque no lo hizo solo. Personas que ya le acompañaban en su etapa anterior decidieron dejarlo todo para embarcarse con él en este proyecto a ciegas.

Y hoy, dos años después, su proyecto, EBRA STUDIO, no solo es rentable, sino que trabaja con marcas internacionales de primer nivel como PDPAOLA, que «fue la primera que confió en mí, y eso no se olvida», la exitosa Redondo Brand, el Grupo Oniverse, antiguo Grupo Calzedonia, e Inditex. «Para nosotros ha sido un hito que uno de los grupos más importantes del mundo confíe en nuestro estudio; es un reconocimiento enorme y este tipo de pasos nos hacen sentir que vamos por el camino correcto». Un camino en el que le encantaría cruzarse con Jacquemus, «una firma que me fascina por su narrativa visual, por cómo Simon ha sabido construir un universo tan reconocible y emocional. Sería un sueño trabajar con ellos», y alguna otra casa francesa, pero no tiene una lista, «ni prisa… solo estrategia».

«Creo que la clave está en una obsesión —casi enfermiza, lo admito— por la excelencia. Por la belleza bien pensada, por el detalle que emociona, por crear experiencias que no solo se ven, sino que se sienten. Desde que fundé la agencia tuve claro que no quería replicar lo que ya existía. Quería ofrecer algo distinto: más curado, más ambicioso, más honesto. Esa ha sido siempre mi filosofía. Para mí, un desfile o un evento no es solo un escaparate: es una obra en movimiento. Y si se hace bien, tiene el poder de elevar una marca, emocionar y marcar una diferencia real en el sector. Eso es lo que perseguimos en cada proyecto: no seguir tendencias, sino crear universos con identidad propia.»

Ahora se podría decir que es la versión masculina de Sylvie de Emily in Paris, pero su personalidad nada tiene que ver con la de la estirada francesa. «Soy una persona muy natural, muy de a pie, y mi manera de trabajar parte siempre de algo muy simple: hacer que la gente se sienta bien, escuchada, y facilitarles la vida. Dicho esto, creo que series como Emily in Paris han distorsionado por completo la realidad del mundo de la moda. Han generado una visión superficial y edulcorada, donde no hay que olvidar que, detrás de esa imagen glamourosa, hay un sector industrial muy exigente, donde muchas veces trabajamos con recursos muy limitados, especialmente en mercados como el español. Aunque te confesaré —susurra entre risas— que hay más de una Sylvie en el sector… La realidad a veces supera la ficción».

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«Series como 'Emily in Paris' distorsionan la realidad del mundo de la moda»