
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Antiguamente había un periódico cutre llamado 'El Caso'. Tenía su público. Allí se relataban hechos que dejaban al descubierto lo peor de la condición humana. ... Porque la maldad ha existido siempre. Por eso la historia de Caín y Abel tiene lógica. Los hijos de Adán y Eva ya nacieron así, malos y buenos. Como luego crecieron y se multiplicaron, para los que creen literalmente estas cosas de la Biblia, cabe pensar que la maldad y la bondad son algo genético, heredado de nuestros primeros padres. Desde luego yo no estoy entre esos creyentes. Pero tampoco descarto que haya seres que ya nacen inclinados al mal. Esos garbanzos negros que sin que nadie se lo explique hay en casi todas la sagas familiares. Niños educados en la misma casa de otros hermanos ejemplares, que no pararon de dar dolores de cabeza a la familia, y que murieron ya adultos como había nacido: fastidiando a los demás. Sin embargo, son los menos. La gran mayoría de delincuentes se gestan en ambientes sociales propicios a ello, han tenido una educación inadecuada y no han sido capaces de superar frustraciones particulares. Otro grupo no despreciable son los que padecen enfermedades psiquiátricas que alteran su personalidad y que no reciben adecuado tratamiento médico. Porque hoy la ciencia tiene respuesta a estos problemas. En consecuencia, con el actual sistema sanitario, los malvados que provienen de estas alteraciones mentales deberían ser mucho menos frecuentes. Así el hacer daño a los demás por placer habría que achacarlo más a causas relacionadas con modelos familiares y sistemas educativos malos.
En este tema soy pesimista, porque si reeditaran 'El Caso' hoy, veríamos que los crímenes y otras atrocidades cometidas por individuos malos no paran de crecer. Con el agravante de que una gran mayoría son perpetrados por adolescentes e incluso niños. No voy a dar muchos ejemplos recientes porque no cabrían aquí, pero si alguno, para refrescar la memoria. Empecemos por el padre que mato a sangre fría a su hijo de 2 años. Es irrelevante que luego se suicidara. La maldad de este ser y otros casos parecidos no tiene calificativo. Sería útil y necesario realizar investigaciones en todos los ámbitos sociales que han acompañado la vida de un monstruo de tal calibre. Si fueran casos aislados, pensaríamos que esto forma parte de la estadística negra inevitable. Pero no es así. En los juzgados las listas de delitos con componentes de crueldad atroz son inmensas. Y no hace falta irse a un juzgado. En nuestro entorno, si miramos bien, encontramos casos de maltrato doméstico con tintes de crueldad extrema. Yo conozco bastantes ejemplos de hombres que son en apariencia encantadores pero que al llegar a casa se transforman en fieras. Por fortuna, hoy existe el divorcio, porque algo vamos avanzando. Pero la lista de mujeres asesinadas da pavor. Tenemos junto a nosotros asesinos potenciales a porrillo, descendientes simbólicamente de Caín.
Si dejas ese colectivo, encuentras otros similares y dan ganas de salir huyendo. Cualquier periódico que cojamos nos deja helados. Particularmente con la violencia gratuita que practican los adolescentes, hombres y mujeres a la par. No hace mucho se contaba el acoso y paliza que daban unos niñatos a un chico autista. Casi lo matan a golpes. Eran fieras carroñeras, que parecía gozar con esta salvajada. Aterra imaginar lo que será su comportamiento cuando sean adultos. Por entonces sucedió el apaleo hasta la muerte de un chico. Salían unos bárbaros de la discoteca y decidieron matarlo a palos. En este caso parece ser que se ensañaron con especial cuidado por ser homosexual la víctima. Peor que los cerdos, vamos. Ojalá se pudran en la cárcel, porque si salen mataran a otra persona.
Para rematar este ramillete de asesinos no puedo dejar en el tintero al niño de Orense, de trece años, que apaleó hasta casi la muerte a una amiga de la infancia de la misma edad. La golpeó en la cabeza. Luego la tiró por la ventana y llamó a la poli para contarles que lo hizo para saber lo que se sentía matando. ¿Necesitaba emociones fuertes, porque acaso nadie le dio nunca un buen castigo o porque nació tarado mental? ¿No detectaron sus padres nada raro? ¿Y los profesores? Me parece casi imposible que esto se produzca de pronto. Y pone en cuestión muchos de los valores que sustenta nuestros modelos sociales. Porque choca que sean tan jóvenes lo asesinos potenciales. Eso da mucho que pensar y nos indica que la cantera de violentos se fragua muy pronto y escapa a los controles en los que confiamos. Esencialmente en las escuelas y en los institutos. Un tema que ahí dejo, porque estoy hundida y harta de tanto 'nini' mimado y ocioso. Más libros, más disciplina y menos redes sociales. Y mucha escuela. Yo creo mucho en el poder de la educación. Ha sido mi oficio. Y en el valor de la familia como primera escuela. Dos pilares que tienen hoy fisuras. A los hechos me remito.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.