Edición

Borrar
Melody, durante su actuación.

Ver 26 fotos

Melody, durante su actuación. Reuters

Melody agita como un huracán el Eurovisión más polémico por Israel

La actuación de España estuvo preludiada por la llamada de RTVE a «la Paz y la Justicia para Palestina» tras la amenaza de la UER

Sábado, 17 de mayo 2025

De pata negra y como una diva. Las miradas de medio país se centraron en la que hasta hace pocos meses seguía, a pesar de los años, siendo identificada como aquella «niña del gorila», una Melody que lanzó su primer y más que reconocido trabajo en 2001 y que este sábado aunó a todo un país bajo un espectáculo musical, un mensaje inequívoco y una voz «poderosa». Un huracán musical con el que España luchaba por conseguir, tras dos años quedando por los últimos puesto de la fila, una buena posición en una final que, como ya se presuponía, no estuvo exenta de eurodrama y, como no, de polémica política. RTVE estuvo en el epicentro de las polémicas y desafió a la UER nada más comenzar la emisión del festival a cuenta de la participación de Israel. «Frente a los derechos humanos, el silencio no es una opción. Paz y Justicia para Palestina», se pudo ver rotulado en la cadena pública española antes de que Tony Aguilar y Julia Varela dieran la bienvenida a la audiencia.

Una respuesta que llegó tras la amenaza que la UER había trasladado por los comentarios con que RTVE presentó a Israel durante la segunda semifinal en Basilea. En concreto, el jueves, ya no este sábado, la retransmisión recordó que en Gaza ya han muerto más de 50.000 civiles a manos de la represión desatada por el Gobierno de Benjamín Netanyahu tras la ofensiva terrorista de Hamás del 7 de octubre de 2023. Pero pese a la petición de algunos de los organizadores, como España, la representante israelí se subió al escenario, entre abucheos or segundo año consecutivo, pese a la masacre y el evidente mensaje con que el país quiso contrarrestar las críticas presentando a una superviviente de los atentados integristas.

Con diferentes vestidos y haciendo gala de su poderosa presencia, Melody no se desvió de su objetivo: alzarse con el micrófono de cristal, que, aunque hace tres años España rozó con Chanel, no viaja hasta aquí desde hace 56 años. La cantante andaluza, con un movimiento final tan espectacular como arriesgado, alzó su voz, poniéndose de ejemplo, por todas las mujeres. Esa «diva valiente y poderosa» que pese a que su vida «es un jardín lleno de espinas y rosas» demostró que frente a la adversidad, ella era capaz de crecerse en un escenario cambiante y una espectacular cortina de fuego. Un camino que aunque no empezó cuando conquistó la victoria del Benidorm Fest, pese a que no era la preferida del jurado, no dejó de ascender, como el «huracán» al que canta, en las apuestas desde que actuara en la primera semifinal el martes.

Lo que sí compartían España e Israel en esta final era la cercanía entre sus actuaciones. Aunque todo hay que decirlo, hubo ambientes bien distintos entre la canción israelí, que fue la cuarta en actuar, y Melody, que ocupaba la sexta posición. Los abucheos a Yuval Raphael se convirtieron en aplausos y aclamaciones a Melody –con el permiso de Katarsis, la banda lituana que actuó en medio– en una noche musical pero extremadamente extravagante por actuaciones tan variopintas como absurdas como el 'Espresso Macchiato' de Tommy Cash. Y es que, sí, le cantó a un café y causó un segundo eurodrama esta vez con Italia, ofendido por considerar una burla la propuesta de Estonia al contener frases como «sudando como un mafioso». Una «burla» al pueblo italiano que pese a las peticiones de retirada por parte de la televisión italiana partía como una de las favoritas para alzarse con el ansiado micrófono de cristal, que lleva sin viajar a España 56 años.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal Melody agita como un huracán el Eurovisión más polémico por Israel